Los sufrimientos, los zapatos que te compraste ayer, la sonrisa que le regalaste a un amigo, la fanta en lata que encontraste caleta en la bodega de la esquina de tu casa, el tropezón con esa maldita piedra que dejo huella, el nuevo reloj que más allá de marcar la hora te recuerda que el tiempo vale cada segundo, el carro que quieres comprarte, los sueños que deseas alcanzar, el amor que dejaste ir, el que nunca fue y el que vendrá, el llanto de perder a alguien, la curita en el alma que te recuerda las heridas que te dan experiencia para avanzar con sabiduría, el celular que te robaron, la palabra dura que marco tu vida, el consejo de tu abuelo que nunca olvidas, el llanto de tu madre porque no le haces caso, el jean roto que no puedes botar, la rosa seca dentro de tu diario que guardas con nostalgia, las cartas de tus amigos y ex parejas que nunca lees pero andan en alguna caja de converse, la red social que te cambió la vida, el más rico pollo a la brasa que has probado, el mejor y prolongado beso que has recibido y devuelto, el cobrador con quien te peleaste en la mañana, el te amo más sincero que expresaste, los te extraño que guardas, el segundo nombre que no te gusta, los proyectos y metas que cumpliste y los que vienen, el trabajo que te agobia pero te encanta, la universidad de la vida que aún no termina, los consejos que das pero no practicas, la carretera que miras cuando viajas, las fotos que pegas en tu cuarto, la quemadura de pucho de borracho, las juergas de la vida que te pegas, los conciertos a los que vas con los amigos, el libro que alimenta tu alma, la imaginación que no te abandona, la cicatriz de un accidente físico que te deja una moraleja de por vida, la esperanza y la fe de nunca dejar de intentar, el sueño donde regresa la persona que quisiste pero que ya dejaste ir, los patines que rompiste, el mejor vestido que te compraste, los primos que reemplazan a los hermanos que no tienes y amigos que se convierten en más que hermanos, los papás que aún tienes con vida y sanos, el perro fiel que es como tu hijo, la cama sagrada que es tu mejor refugio, los perfumes y olores que juegan a ser la mejor máquina del tiempo entre muchas otras cosas que a primera vista pueden leerse insignificantes son parte de nosotros. Esas pequeñas – grandes cosas que te alegran la vida; eso.
Tu eres parte de casa cosa que día a día te acompaña y la cual define quien eres, de cómo aprendes a que cuando te caes debes levantarte y seguir con la mirada al cielo, de que no hay suficiente espacio en el alma para la ilusión y que el día en que dejemos de alimentar nuestro cerebro con nuevas metas y sueños … solo ese día todo habrá terminado.
Hay que hacer que todo valga la pena, hasta lo más mínimo, uno nunca sabe de lo que se puede perder si no intenta pensar ni hacer nada.
Karla Gonzales es parte de todo esto. Y ¿tú parte de que eres?.